02 May Exigencias y cambios impostergables al currículo tras la pandemia
- Desde Venezuela, la Dra. Maigualida del Valle Pinto Iriarte expuso los desafíos curriculares para la educación.
Con el tema “El COVID. Exigencias al currículo: cambios impostergables”, la Dra. Maigualida del Valle Pinto Iriarte fue la segunda conferencista magistral dentro del primer Congreso Iberoamericano sobre Investigación Educativa del Siglo XXI: retos y desafíos desde la pandemia.
La también profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela y miembro de la Red de Educación, Ciencias Sociales, Ambientales, Tecnología e Innovación (RECSATI, A.C.), resaltó que muchas de las medidas tomadas a corto y mediano plazo durante la emergencia y específicamente en la educación y el currículo, implica que toda la formación integral de las futuras generaciones quedará proyectada a partir de lo que trabajemos por el pueblo y la mayoría de las decisiones de emergencia que han tomado los países ha sido para garantizar el derecho a la educación, fundamentalmente en desarrollar la educación virtual.
Sin embargo, apuntó que falta mucho que pensar, acerca de cómo la educación virtual va a traer consecuencias directas a lo que es la formación integral de las y los ciudadanos. Además, resaltó la necesidad de hacer cambios impostergables en la relación entre currículo, educación virtual y formación integral.
La sociedad debe entender que, docentes, estudiantes y comunidad, son productores de contenido educativo, algo que es sumamente importante antes de una educación virtual, que se agota si no hay una producción de contenido y recuerden, toda la producción de contenido que ha producido el planeta desde la aparición del internet, que es una es una producción que ha hecho un mundo Tecno – científico y que ha rebasado los límites de lo que es la historia mundial.
“El currículo debe ser entendido como un tejido disciplinario, un tejido que expresa la realidad social, no tejido que capte la realidad social, sino que expresen la realidad social y la manera como el proceso educativo la concibe… El currículo debe verse como un tejido transdisciplinario.”
También puntualizó sobre el papel del docente como productor del contenido y de la necesidad de que los contenidos no sean planos, sino que “rompan estructuras de programa de orientaciones educativas y de planes de estudio, entonces esto lleva a un reto y a un desafío, que el maestro no tenga una direccionalidad manifiesta escrita, sino que sea una direccionalidad que este estructurada en representaciones mentales, en imaginario y se compagine perfectamente con las exigencias del encargo de la sociedad a la cual pertenece”, concluyó.