

27 Feb Tiempos difíciles
En su última campaña, con la machacona frase: (AF. AMERICA FIRST). Primero América. Y ahora, ya en el ejercicio de su segunda presidencia: (MAGA. MAKE AMERICA GREAT AGAIN). Hagamos grande nuevamente a América, Donald Trump irrumpe en el contexto mundial y amenaza con regresar a los nefastos años en los que el Tío Sam se asumía , por decir lo menos, como el policía del mundo o, como la nación escogida por Dios para ser su guía y protector, a partir de “El destino manifiesto” impulsado por el periodista John O. Sullivan en un editorial del periódico en el que escribía; la doctrina Monroe y la frase que la identifica de “América para los americanos” o. peor aún para México, con la invasión y toma del puerto de Veracruz en 1847 y pérdida de más de la mitad de su territorio. Pero (Válgame Dios), con la enorme diferencia de que ahora, remando contra corriente, Trump reivindicará a su pueblo y nación entera de los abusos que el mundo ha cometido en su contra en los diversos foros en los que ha participado, en los tratados que ha firmado, sean bilaterales o multilaterales, en las enormes aportaciones a instituciones internacionales y, en fin, en todos los entuertos que han provocado la debilidad de los gobiernos que le han precedido, salvo, claro, el que él encabezó en el período 2017-2021.
Pero los tiempos, las circunstancias y los problemas son muy diferentes y por lo tanto su solución deberá ser también, diferente. Con una visión totalmente pragmática, pegándole a cada adversario donde más le duela. Y como en las actuales circunstancias el gran hilo conductor es el comercio internacional y el mercado más importante, aún siguen siendo son los EEUU, el garrote amenazador serán los ARANCELES. En esta ecuación, serán el denominador común, en tanto no encuentre algo que signifique un riesgo mayor, para los países que actualmente dependen en un alto porcentaje de su comercio con los EEUU. No importa el problema específico, ya sea el tráfico de drogas o, especialmente, de fentanilo o, la migración, el punto a negociar serán la grabación o desgravación de impuestos a las importaciones que llegan a ese país.
La realidad actual tendrá que tener muy en cuenta, que el tiempo de las proyecciones con márgenes muy pequeños de error ya no serán muy frecuentes, la incertidumbre será una de las principales variables a considerar. El estado de derecho tanto a nivel nacional como internacional no será por ahora la tierra firme, a partir de la cual se fincaban las instituciones que, aunque susceptibles siempre de mejorar, ofrecían mayor seguridad. En fin, personalmente considero que la solución a estos problemas que, por ahora, parece que no tendrán pronta solución, comenzarán a tenerla cuando los propios consumidores, los grandes y pequeños negocios de intermediación comercial y las cadenas productivas ubicadas en los propios EEUU, se percaten cabalmente de los perjuicios que les ocasionan estas políticas que ha implementado su propio gobierno. Funcionan mejor las cosas cuando todos ganan. En latín existe una locución que reza: “Do ut des”. Donde se manifiesta la importancia de la reciprocidad. Por cierto, Trump ha mencionado ya, las “Tierras raras”, en la posible solución de la invasión a Ucrania por Rusia. En el mundo se habla de la existencia de 17 tierras raras y su importancia en cuanto al desarrollo de las nuevas tecnologías. México, se cree, dispone de 6 o 7 de ellas. Pero ese es otro tema.
Lic. Ángel Ponce Correa (Economista y Docente de Licenciaturas del Sistema Incorporado UNAM de UNICEPES)